Es increíble, he tenido que pasar un fin de semana de perros, intentando curar un catarro que ha decidido que le encanta estar conmigo, para poder tener un ratito y poder seguir llevando a cabo esta idea de tener un blog.
Ese tesoro llamado "tiempo", y del que cada día me cuesta más disfrutar, me hace pensar constantemente que algo no estoy haciendo bien....pero, aunque lo intento, al final vuelvo a caer en esa espiral cotidiana.
Con el final del verano uno se recrea en todos los recuerdos de esos momentos en los que ese tiempo está a tu favor. Nos acordamos, con una sonrisa, en ese viaje especial que estuvimos planeando durante meses y que al final resultó ser un mundo de sorpresas, emocionante, a veces duro, una clase de convivencia y, por supuesto, increíble.
Pero no todo son grandes planes, también se disfruta de esas mini escapadas de fin de semana con el propósito de cargar pilas y romper con los días de trabajo.
O simplemente salir a la montaña una mañana con las primeras luces del día, cuando todavía se percibe el frescor de la vegetación. Das un paseo...te relajas... y te alejas de la rutina.
Sin olvidar que lo que más hacemos en estos días calurosos y largos es disfrutar de unas cervecitas bien frías en la compañía de las personas que quieres. Eso sí que sabe a verano, tiempo y felicidad.
Espectacular la variedad de temas que muestras de esos recuerdos de verano. He de reconocer que la primera me parece una pasada.
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